miércoles, 19 de noviembre de 2008

Emmanuel Lado, 47 años - Calesitero
Yira yira



Hace 6 años la vuelta sale un peso, pero estuvo 14 años a 50 centavos.
Me hace cortar la entrevista por que hay gente que se asoma a comprar fichas y garrapiñadas. Mientras suena una música propia de carrusel. Se ve en el cuarto un grabador viejo y grande, un ecualizador, se ven los cables que van de un lado a otro. Garrapiñadas apoyadas en la mesa de madera, caramelos, una heladerita que tiene gaseosas, molinos de mano. Una señora viene a cambiar el molino que vendió por que su nieto quiere uno de los colores de boca.
Se acerca una señora mayor que lo saluda muy amablemente, Emmanuel le habla de las elecciones, le pregunta si votó bien y la señora le contesta que corto boleta “a lo loco, para que se maten entre ellos”, él se ríe, le da la una ficha para el autito y la saluda. “A mi señora le tocó esperar una hora y media para votar, pero yo le dije que vaya más temprano, pero no me hizo caso”. Un día soleado, hermoso.

“En la calesita ves todo tipo de clases sociales, eso es lo que tiene de bueno. Acá se mezcla el rico y el pobre y en ese momento son todos iguales, no hay diferencias. Pero te puedo asegurar que los que más tienen son los que menos dan. Por ejemplo, hay chicos de mucha plata que se roban la sortija para venir un día y decirme que recién se la ganaron, en cambio la gente humilde nunca hizo eso”.


¿Hace cuanto tiempo que tiene calesitas?

Por mi cuenta hace 20 años aproximadamente, pro yo empecé de chiquito, en el año 75, con mi papa que tenía calesitas. Desde los 13 años que estoy ligado con todo esto. Mi papa tenía una calesita que la movíamos, era transportable, íbamos de un barrio a otro, por todos lados, pero siempre dentro de Lanús, íbamos por Villa Jardín, Diamante, Fiorito. Éramos nómades, hacíamos dos meses en un lado, un mes en otro, según la respuesta de la gente.

¿Cuándo se hizo cargo de la calesita?

Cuando tenía 20 años compré mi primera calesita.

¿Dónde se compra una calesita?

Hay gente que se encarga de fabricar, y también se la podes comprar a alguien que tenga una y decide venderla. Yo, si en el día de mañana quiero vender la calesita lo hago, pero no lo voy a hacer nunca.

¿Cuántas calesitas tiene?

Tengo tres, una en el parque Eudabe, en la plaza Evita, de Valentín Alsina y en la Avenida Remedios de Escalada y Santa Fé (Avellaneda)

¿Cómo es su día de trabajo?

Vengo a la calesita desde la tarde hasta que oscurece. A la mañana me dedico a limpiar y preparar la calesita. Empiezo a las 3 de la tarde.

¿Cómo se mantiene una calesita?

Yo me dedico a mantenerla. Me encargo de la pintura, el motor, y toda la mecánica. En cambio cuando hay un problema en la parte electrónica, tengo que llamar a alguien que sepa del tema.

¿Alguna vez pensó en venderla?

Ni loco, es algo que va a quedar para la familia.

¿Siempre te gustó?

Me encanta todo esto. Yo siempre digo que te tiene que gustar los chicos. Si no vengo a la calesita me falta algo, no podría vivir sin esto. Por ejemplo, hay gente que viene a traer a los hijos, y cuando ellos eran jóvenes los traían sus abuelos.

Estamos en el 2007 y existen miles de juguetes sofisticados ¿Eso produjo que vaya menos gente a la calesita?

La gente viene igual, pero se achicaron las edades, eso está a la vista. Por ejemplo, cuando yo recién empezaba en el tema, venían pibes de 16 y 17 años, ahora en cambio vienen chicos de 4 a 6 años aproximadamente.

¿En la actualidad se trabaja mucho menos que antes?

Creo que no, pero es por que ahora hay mucho menos calesitas que antes. Años atrás, en los barrios se trabajaba mucho. En la época que íbamos con mi viejo, nos movíamos de un lado para otro. Ahora no podes hacer eso, por que cambió mucho, hoy en día, en los lugares que trabajábamos, te roban lo que ganaste o te rompen la calesita.

¿Qué anécdotas le dejó la calesita?

Con la calesita me pasaron miles de cosas, por ejemplo: hace una semana vino una señora muy humilde con su hijo. “Obviamente” el chico se ganó la sortija, y la madre me regaló un paquete de fideos que tenía como agradecimiento. Y se enojaba si no lo aceptaba. Lo tengo acá, y estoy esperando que venga algún chico de la calle que necesite y se lo doy. Esas cosas te llenan el alma. Por ejemplo, hay muchos pibes que me dejan la plata que hicieron en la calle para que se la cuide, por que me dicen que en sus casas se la sacan. Y esa confianza que me tienen me da una inmensa felicidad. Uno ayuda en lo que puede ayudar. Yo soy feliz, sin esto me muero, me falta una parte de mi vida.

¿Cómo elige la música que pasa?

La música la elijo yo. Trato de poner canciones infantiles y no la música que esta de moda. Estoy totalmente en contra de la gente que pone en las calesitas, cumbia o alguna canción comercial y que no tiene nada que ver con los chicos.

¿Trabaja sólo?

No, trabajo con toda mi familia. Con mi mujer y mis hijos.

¿Se sigue haciendo lo de la sortija?

Si, sin sortija no hay calesita. El que gana la sortija tiene una vuelta gratis, eso hace que los pibes encuentren otra motivación, y cuando la ganan son felices, lo ves en sus caras. Yo me encargo de eso, pero a veces mi hijo también.

¿Te enseñaron a usarla?

Eso se aprende viendo, es como todo. Yo aprendí de mi viejo y mi hijo aprendió de mí.

¿Existe un gremio de calesiteros?

En provincia no existe, pero en capital hay. Creo que el problema por el cual no creamos un gremio es que estamos muy alejados en distancia, no es como capital que en 30 cuadras a la redonda hay una plaza.

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