miércoles, 19 de noviembre de 2008

Se casaron imagen y sonido



Si hoy se toma el control remoto para poner MTV, es posible que en la pantalla no aparezca nada revolucionario. De hecho casi toda la programación se basa en formatos que pretenden mostrar a la juventud estadounidense con sus clisés típicos (la rubia linda que sale al “mundo real”, una estrella de rock pasada de moda conduciendo un reality show, el gordito con granos intentando dar su primer beso, etc). ¿De música? poco y nada (alguna melodía de fondo nomás). Pero por suerte la mano no vino siempre así…
En los 80 apareció el canal como una alternativa, un nuevo modo de expresión y difusión. Su propuesta era simple: 24 horas de música en video. “Nosotros nos habíamos dado cuenta que era muy cansador promocionarnos y como Elvis enviaba a su Cadillac dorado a todas lados, nosotros decidimos enviar películas”, recordó Paul Mccartney en una entrevista, haciendo alusión a otra de las anticipaciones históricas que tuvieron sus Beatles, que no llegaron a participar del boom del videoclip pero ciertamente le abrieron el camino.
Así fue como grandes directores comenzaron a poner sus manos en el género para hacerlo inmensamente grande y lleno de matices. Los nombres de Michel Gondry, Win Wender, Gary Gray, Mark Romanek, entre otros, han dejado su impronta en la fusión de la imagen y el sonido.
Durante su desarrollo el videoclip atravezó distintas expresiones artísticas intimamente relacionadas al contexto social. Por ejemplo, en los 60’ y 70’ solo Jimmi Hendrix, Jim Morrison y David Bowie osaban a mostrar su cuerpo enfrentando prejuicios (“seguro es puto”, sería una de las posibles traducciones actuales de la represión antigua). Durante los 80’ se pasó por una época de sanación y cuidado del cuerpo que terminó explotando en los 90’ con el destape total y la admiración de las formas humanas sin forros de tela. ¿A quién se le ocurre criticar a Anthony Kiedis por mostrar su piel y tatuajes en cada video de los rojos y calientes Chilli Peppers?
El género abrió varios caminos en cuanto a posibilidades de realización. Aparecieron los videos narcisistas centrados en mostrar a la banda o al solita sin aportar nada desde lo estético que exceda a la exaltación de los personajes, como es el caso de “Creep” de Radiohead o “Alive” de Pearl Jam. Otros clips, como “Like a Rolling Stone” (un tema de Bob Dylan versionado por los Rolling Stones), se centraron en que la película acompañe a la letra de la música. Por su parte, Depeche Mode, en “Personal Jesús”, decidió realizar una parodia de los filmes western agregando un componente de indefinición sexual latente, mientras que Michael Jackson gastó grandes cantidades de dólares para llevar a cabo “Black or White” en una mega producción que afirmaba el carácter universal de la música y, ¿por qué no?, del ser humano.
A pesar del achatamiento de MTV, el género del videoclip ha crecido exponencialmente, desarrollando nuevas posibilidades y demostrando que el cambio en la comunicación es constante. Si acaso nos congelaran por 150 años, ¿qué encontraríamos al despertar? Por suerte la respuesta a esa pregunta nunca existirá.

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